lunes, 6 de julio de 2009

Leonera, de Pablo Trapero


En primer lugar, lamento el atraso en las publicaciones. Un período de exámenes y muchas páginas para leer hicieron que no me pudiera tomar el tiempo necesario para escribir tranquilo (cosa que solamente puedo hacer en ese estado, y que no es demasiado frecuente que digamos). En fin.
Con "Leonera" tenemos, quizás en forma de seguidilla, otro plato bastante fuerte luego de "La sangre brota". Y me gustaría comenzar haciendo una pequeña recapitulación de la publicación anterior. Como una lectora me señaló muy certeramente, dicha película no es exactamente "para disfrutar", ni para ver con tu novia/o un 14 de febrero que digamos. Pero sin embargo, hay un par de cosas de su opinión que me gustaría remarcar.
En primer lugar: "La primera que la volantera no es hija de Sandra, ni el tipo que arregla celulares es su novio, aunque sí es cierto que los tres personajes (cuatro con el bebe) funcionan como algún tipo de familia." Totalmente de acuerdo. Sucedió que por un problema auditivo me la jugué bastante yendo a ver una película en español y hay un par de cosas que las entendí a medio pelo.
Por otro lado: "Lo que me parece bueno de la peli, es que al ser tan coral y con tantos arquetipos, uno puede tomar de cada uno la parte que le corresponda." Bueno, en mi opinión personal (acostumbrense, lo voy a aclarar siempre esto) esta película no es coral, al menos no lo es si con coral nos referimos a lírica, sino puede que esté equivocado. En una película lírica, los hechos no están tomados en una forma descriptiva al representarlos, sino en una forma analítica, cargada de simbolismos, donde la imagen no vale solamente por lo que muestra, sino también y en gran medida por lo que singnifica. Ahora bien, en esta película ¿dónde están los simbolismos? ¿Qué más podemos encontrar además de esos primeros planos insistentes de sangre y vértigo, de constante demacración de los personajes, uno a uno? Sí con lírico nos referimos únicamente a la apreciación del detalle, bueno en ese sentido quizás lo podría aceptar. Pero para mí la película, aunque al principio parezca lo opuesto, no se sale de la vía casi pura y exclusivamente narrativa. Si con los arquetipos retratados una y otra vez en lo peor de sí mismos podemos llegar a pensar "qué desastre que es la sociedad argentina" eso vale por vía del arquetipo y en su forma narrativa únicamente, no por la forma en qué está filmado. Pero bueno, puede que haya dicho o entendido cualquier cosa.
Ahora sí, Leonera.

Julia Zárate es una joven estudiante de clase media que aparece como presunta asesina de su pareja y sin certezas acerca de su culpabilidad cumple prisión preventiva mientras espera el juicio. Un dato más: está embarazada.
Ya instalada en la prisión, comenzará una suerte de narración (si es que se la puede llamar así) donde los saltos en el estado del personaje son altamente frecuentes (y sobre todo molestos). Pasa de ser una embarazada que odia al hijo que lleva adentro y todo el entorno en el que está inmersa, a ser una lesbiana consolidada que lucha por la tenencia de su hijo a toda costa.
El problema entonces, para mí, era ese. No había un eje sólido sobre el cual la película se apoyara y se dedicara a profundizar y analizar. Si el asesinato en un principio era mostrado apenas como un detalle menor previo al arresto y posterior desenvolvimiento penitenciario de Julia (lo cual parecía que iba a ser el tema central de la película); luego vuelve a aparecer en torno al juicio y a otro personaje que también estuvo involucrado en el asesinato. Y esto da lugar a escenas que rozan lo inverosímil. Hay algo que es claro, el cine argentino tiene un problemón en torno a lo narrativo.
Si bien hay un personaje principal y una situación conflictiva que lo rodea, es como que la historia gira sobre diversas cuestiones problemáticas sin hacer hincapié ni profundizar en ninguna. El crimen es planteado y vuelto a revisar y sin embargo nunca se sabe qué fue lo que realmente pasó, Julia nunca lo admite. Y luego el hijo, sobre el cual la película termina apostando todas sus fichas: apenas se muestra realmente la relación y la figura de Tomás con Julia, pero sin embargo esto se transforma en piedra angular de toda la historia.

La población femenina carcelaria: esta fue una de las cosas que más me molestó. Si bien se mostraban escenas repetitivas de violencia entras las presas, reiteradas muestras de maltrato por parte de las guardacárceles aún estando embarazadas y demás; la narración nunca despegaba de lo descriptivo. No se toma el tiempo necesario para analizar ese contexto sin recurrir casi caprichosamente a la fácil imagen fuerte y violenta. Ya en un momento parecía rutinario y no producía absolutamente nada ver a las guardias cachear a las presas.

Es decir, el cine de Trapero siempre fue planteado como “el cine de las minorías” de alguna manera. Se dedica a mostrar ambientes marginales: el de los trabajadores, los presos, etc.; siempre mediante un personaje que de alguna manera es víctima de ese sistema que contribuyó a verse inmerso allí. Pero en este caso su retrato me pareció demasiado superficial y con un esquema narrativo algo “raro” por así decirlo. Simplemente me costó mucho encontrarle un "tema" propio.


Comenten! Opinen! =)

Saludos

1 comentario:

katalina pagliettini dijo...

a mi la peli me gusto bastante. y justo las cosas que marcas, pienzo yo eh! quizas no son relevantes justamente para esta peli. si no se zambuelle demasiado en un solo tema quizas es porque no lo necesita, quizas seria otra pelicula. nose a mi esto de la critica no me va mucho.
me encanta la forma en que muestra algunas cosas, por ejemplo la relacion lesvica de las carcelarias, es amor puro y nose si se declara lesviana la mina eh. es amor no importa.