viernes, 10 de diciembre de 2010

Buenas noches y buena suerte, de George Clooney (o popurrí épico y delirante producido quizás por el calor)

Hace tiempo que vengo pensando como escribir esta entrada. Como explicar lo mucho que me sorprendió la película sin caer en la conocida retórica de aquel que cree haber descubierto lo que ya se sabe hace largo rato. Esto es así ya que, teniendo en cuenta los tiempos que corren actualmente en el país y en el mundo entero respecto al tema de los medios de comunicación y en como estos muchas veces son los grandes productores de la infinidad de realidades distintas que los seres humanos vivimos casi simultáneamente, con y, al mismo tiempo, sin necesidad de grandes lejanías físicas, diferencias de clase, niveles culturales, etc. para ponerlo en evidencia; es decir, teniendo esto en cuenta, la película de alguna manera es materia obligatoria para empezar a reflexionar y poner en eje de analisis los distintos aspectos que se pueden analizar en torno al rol de la radio, la t.v., el periódico, y demás etcéteras. Con lo cual, poniendo la película sobre la mesa como simple excusa para blablear y monologuear pelotudeces un rato, me referiré a un par de cuestiones que, al menos para mi, guardan cierta relación interesante con el contenido del film.

PROGRAM INTERMISSION ----------------
Será que es necesario ser así. Será que a lo mejor el encierro es tan fuerte que no hay adonde mirar. Pero si recuerdo la frase que escribí entradas atrás cada vez que entro es por algo: "Si tan solo se trataba del viejo visionado mental de esos encuentros que nunca llegan del todo a ser tales, por las palabras que juegan al silencio y el silencio que juega a la revelación de lo que nadie se atreve a decir." Con lo cual es obvio. Es tan obvio que es desgarrador. Apesta por todo el cuerpo. Como esa suciedad pegajosa que brota como el gran residuo producido por la podredumbre interna de lo no dicho, de lo jamás expresado. Esa podredumbre interna se desparrama por todo el cuerpo y las miradas se entrecruzan y lastiman como si se raspara con el asfalto caliente y sucio, ya que los ojos ponen en evidencia eso que se está pudriendo. Pero que sin embargo por algún motivo nunca nos apresuramos a quitarnosla. Dejamos esa mugre invisible, asfáltica, ahí nomás, apestando, porque sabemos demasiado bien que a fin de cuentas es el único vestigio, la única prueba, la única evidencia que tenemos de que realmente había algo que decir, había una palabra, un pensamiento. Algo pasaba ahí. Una cadena abrochada a las tripas que se negaba a soltarse. En primer lugar, quizás de alguna forma un poco frágil, trastabillante, desesperada, no queríamos que acabara. Preferíamos que todavía la suciedad estuviera, nada más que para tener una constancia de que pudiera llegar a ser real. Por otro lado nos daba una cierta ternura, en esos rostros dóciles, patéticos, que buscan y al no encontrar suspiran mirando al vacío. Pero finalmente daba pánico. Pánico por quedarse consumido, arrasado por lo que jamás fue dicho. "Y te ibas, no quería que te fueras, pero me daba miedo que te quedaras y morir en consecuencia."
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Ya hace algún tiempo me recriminaron, en comentarios de entradas más pasadas (por si quieren ponerse a buscar), el contenido de mis links, y su supuesta orientación, como le gustaba decir al señor comentador en cuestión; "peronchas".
Yo siempre me defino, probablemente de una forma inútil y bastante precaria, en parte por lo mucho que me rompe las pelotas que me insistan en "cómo me defino", como alguien que no cree en los blancos y negros. Ojo, no que no creo en política, que no me afilio a ninguna ideología o demás etcéteras, no. Digo que, justamente, y a grandes rasgos, dentro del terreno de lo político está abarcado todo. Pero TODO, eh? Desde el arte hasta las elecciones del año que viene. Y en cuanto que tal, al abarcarlo todo, resulta por un lado muy dificil, y por otro lado muy fácil y tentador (por esto mismo es que funciona), encerrarse en ideologías. La civilización misma está creada por esto, por los dispositivos de encierro. Uno se siente protegido, contenido. Obviamente que hay muchas escalas de medición de este tipo de dispositivos, y por ende de gravedad, que se pueden ver en todos lados ¿o acaso nadie nota el parecido entre muchas agrupaciones estudiantiles "políticas" con los boy scouts? El ejemplo más extremo y, por ende, el más grave, es obviamente el nazismo, pero es otra historia... para más info recomiendo leer a Hannah Arendt en "Los orígenes del totalitarismo", donde a grandes rasgos se explica que justamente, el primer paso para crear un régimen totalitario es ese, el encierro en una ideología como un anillo metálico que presiona y acorrala nuestro cráneo.
Cuando el nene está en primer grado y de repente uno de sus compañeritos dice una mala palabra repentina, el nene súbitamente lo señala y denuncia con sus mayores: algo se ha salido de la regla. De allí a los mencionados boy scouts se está a un paso, y del nazismo, aunque suene exagerado, también. El nazismo en sí, es casi un juego infantil de niños llevado al extremo más rotundo. La no-aceptación del otro, del distinto, del que "se sale de la (supuesta) regla".
Si el señor comentador en cuestión no entendió mi respuesta a su comentario sobre mis links "peronchos", sinceramente le quita una cuota enorme de seriedad al mismo y por ende no añadiré más nada a la cuestión. Yo leo gran cantidad de Blogs y diarios digitales todos los días, que es lo que todos deberíamos hacer. Me he peleado con gente por apoyar a la Nestorada y la Negrada, pero sin embargo, no me afilio absolutamente a la corriente, ya que siempre es necesario contrastar hasta las cosas en las que uno mismo cree. Además, si primero me el señor me dice que mis links son peronchos y acto seguido se pone a criticar los juicios a los genocidas de la dictadura más sangrienta que tuvo este país porque "son viejos gagás que ya no tienen influencia política y no vale la pena" aún cuando lo vi en varias marchas del 24 cantando "ni olvido ni perdón"; solo me resta decirle una cosa: QUE TE LA DEN POR EL ORTO NENE. He dicho.

Próximamente el verdadero análisis fílmico. Sepan disculpar.

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