viernes, 18 de junio de 2010

Carancho, de Pablo Trapero. Por Claudia Olivera


Ay Carancho…!


Argumentalmente se basa en una nueva “investigación”, como suele hacer Trapero, pero lo mismo dà si es acerca de la mafia de los médicos, de los taxistas o de los levantadores de quiniela, … lo mismo dà cuando es TELEVISIVO el enunciado, chusmea como una serie de Suar: vulgar y fisgón con una cubierta en juego de autos chocadores, en vértigo adolescente por el impacto, lo cual impresiona al espectador, a aquel que aplaude obnubilado por astucias que carecen de audacia verdadera.

Argumentalmente me sorprendió, la escena en la cual Sosa ( Darìn ) mata a un hombre destrozándole la cabeza con un cajón de escritorio, escena que es copia fiel del destrozamiento de la cabeza (de otro hombre) con un matafuegos en la película “Irreversible” de Gaspar Noe y es la manera que encuentra el director de hacer mención (y de igualar) el estado mental y el nivel de compromiso emocional de los (respectivos) personajes, además de utilizarlo como marcación del punto sin retorno en la sucesión de los hechos y las elecciones de Sosa ... Irreversible. Esto no es homenaje, ni intertextualidad, esto es servirse de un texto ajeno para usufructuar su sentido en favor del propio. Es intentar engañar hábilmente.

“Un autor mas o menos obsesionado por alguna idea fija intenta subrayar algún aspecto moral, social y/o filosófico de la realidad” dice Mitry…
¿ y Trapero como autor ?
Que estamos sumidos en la corrupción y la iniquidad? Lo sabe cualquiera, a nadie le importa, pero funciona… ese tono de la mugre amoral, pasaporte a la respetabilidad. Y esto se ha confundido con lo que no es: una visión personal del mundo y de las cosas.
“Carancho” es, falso realismo anclado en el dato estadístico, en lo anecdótico y novelesco.

¿va a intentar emocionar? ¿ cómo lo construye ? ¿ preparando el asunto alrededor de un hombre, una “estrella”, para polarizar mi interés (el del público) alrededor de alguien cuyo valor principal reside en ser notablemente conocido…? ( perdón…cierto que Darìn es el mejor actor argentino. Perdón.)
Va a emocionarnos con… la “historia de amor”!
Desde la cual trata de imponerle a los personajes protagónicos un intento por disolver el vacío, sin preguntas, sin tiempo, donde el “sálvese quien pueda” cansadoramente local, le garantiza la tan perseguida medida de valor en tiempos de relaciones y lazos afectivos líquidos… es clarísimo ( y lo explico a continuación ) que en esta conjugación radica su intento por posicionarse en el mercado europeo. ...Hacía tiempo que yo no sentía la repugnancia que me produjo.
Mi punto aquí es que el “sálvese quien pueda” no responde a la fórmula ensayada por Trapero, el argentino promedio realmente intenta salvarse y salvar su pellejo con sus manejos, no hay en su accionar soluciones totales del tipo “matar o morir”, el argentino promedio no tiene el coraje ni la nobleza para semejante cosa y por esto el personaje de Sosa ( Darìn ) causa gracia y no es “real” o mejor dicho, “posible”, claro que en otros pagos ni se enteran de esto,
(a nosotros debería interesarnos que modelos se están llevando al lugar de pseudo-héroes y a través de que figuras ). En otros pagos no saben con lo que un argentino carga como idiosincrasia, en lugar de eso con lo que contarán es con la imagen neta de Darìn y con lo que porta a partir de su construcción como persona. Y así Trapero obtiene un personaje-ciudadano de tono y carácter “moderno”, “global”.

La cuestión con la historia de amor, no es menor, ya que desatiende la conciencia de la forma, el estar conciente como autor del desenvolvimiento de una forma que será vía de ( la ) emoción. Y esto es elemental. Quiero decir que, aunque nunca nadie bese a nadie o se la pasen cogiendo todo el día, poco importa porque las emociones tornan visibles, intensas para el espectador de acuerdo a esa demora dada por la forma, fuente de fuerza emocional. La historia de amor, aunque dure un minuto, implica un retardo, un desincronismo de las emociones, a través de la conciencia de la forma.
Pero en “Carancho” no hay siquiera una sola escena donde haya un mínimo traspié, el despliegue de esa torpeza que delata la pérdida de autocontrol que evidencia que todo se va a la mierda adentro, adentro cuando algo cede, cuando pasa a ser irremediable la caída y lo que pase afuera y lo que los personajes hagan a partir de ese momento pasa a estar supeditado por esa devastadora experiencia.
No están justificadas desde el guión y por este motivo se convierten en PANTOMINA las acciones de los personajes (y así es imposible que me crea una sola palabra de lo que dicen …)


Me olvidaba ...




Eso que se dijo por ahí... que “no está mal hecha” en términos de realización… supongo es en relación al grado de credibilidad de los magullones sobre objetos y seres, porque visual y compositivamente cada plano ABURRE, el sonido es literal de la acción y en interiores, es CHATO.


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Sobre estilo e industria “Cine y creación” J. Mitry, en Estética y psicología del cine.
Sobre forma “Contra la interpretación” S.Sontag.
Un policial (como excusa) “Promesas del este” Cronenberg.
Una historia de amor (sin ellas) “Besieged” Bertollucci.

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