jueves, 1 de marzo de 2012

Drive, de Nicolas Winding Refn



Bueno, muy bien. Luego de una larga pausa retomamos el blog, con un film que, personalmente, considero como un golazo de mitad de cancha cinematográfico para arrancar con todo un año cinéfilo (?). En principio, me veo obligado a confesar que extrañaba mucho el blog. Como les comenté a todos (tooooodos uds. que se cuentan con los dedos de la mano), estuve escribiendo en A Sala Llena los últimos tiempos, y la energía no me daba demasiado para además meterle la correspondiente pila al blog, como debidamente merecía.
Así que bueno, en medio de esta amorosa y mimosa reconociliación bloguil (?), tenemos como plato principal esta película, acá, como siempre, espantosamente titulada Drive: Acción a Máxima Velocidad (oh my god...). Si bien esto es mencionado en cuanta crítica haya de la película, no me parece, sin embargo, redundante mencionarlo en la presente: la "acción a máxima velocidad" en está película es lo de menos, o mejor dicho, demasiado poco decir de ella. La película no encasilla como anillo al dedo en un género único de acción, sino que resulta ser un amalgamiento de diversas variantes que entran, a su vez,
como anillo al dedo en el género de acción, sin por ello ser acción a secas; donde lo interesante al respecto es, además, que al mismo tiempo no recurre al viejo recurso de la cita directa, tan utilizado y reutilizado por directores como, por ejemplo, Tarantino. No necesariamente. Si bien hay clarísimas alusiones a las películas de acción ochentosas como The Driver o Vivir y Morir en Los Ángeles como mencionaron en varios lugares, no termina siendo, por ello, Bulletproof. No se trata de una recolección de citas sueltas, sin un entramado novedoso, jugando casi al homenaje gratuito.
Winding Refn se encarga de pasar por su intestino el guión y darle asi un elemento dramático que, en mi opinión, suele faltar en demasía en este tipo de películas y que, por ende, no sólo le dan un aire absolutamente novedoso, sino que de alguna forma renuevan el género de acción en sí mismo.
He leído también por ahí que esta es una película de acción "para snobs". Sinceramente, y hablando sólo por mi, habría que definir el término, o en todo caso RE-definirlo; puesto que esta la película es el kitsch más autoconsciente que he visto, quizás, desde Wild at Heart de David Lynch, a quién también la película le hace un claro guiño. Es el kistch doblado y redoblado sobre sí mismo, sobre la figura del anti-héroe, sobre el no-ser-humano, prácticamente autómata, que termina siendo el único verdaderamente humano, como termina versando esa canción electro-pop, "A Real Hero", hacia el plano final:

Real a human being ( being bein being... )
And a real hero ( hero hero hero... )
Back against the wall and odds
With the strength of a will and a cause
Your pursuits are called outstanding
You're emotionally complex

Dejenme explicar a qué me refiero. De entrada, la película nos muestra a un pibito, ¡sí, a un pibito (volveré sobre esto)! que juega a lo que entendí como "hacerse el malo pero controladamente". Es decir, maneja para ladrones y mafiosos, pero por no más de cinco minutos, contados con el reloj que cuelga de su volante. En esos cinco minutos, el tipo va a estar ahí para lo que sea, se arme el papelón que se arme. Después, problema tuyo (si las minas fueran así... el mundo sería un gran coitus interruptus la verda, y de hecho muchas veces pasa). Lo que sí, nunca parece necesitar más de cinco minutos, puesto que es un gran as del volante; en esa misma secuencia, basta ese tiempo para que eluda elegantemente a cinco autos de la cana, sin despeinarse.
Pero lo más interesante no es eso. Viene dado por ese personaje, que fue objeto de críticas respecto a la persona que lo interpreta. Me refiero a Ryan Gosling. Pero desde acá, desde el sindicato moviolero (?), ¡nos proclamamos totales defensores de que Gosling haya sido elegido para esta peli y de su labor en ella! Y les explicaré porqué.
Consideremos lo siguiente. Me llegó un rumor por allí, por allá y por acá, de que Hugh Jackman era el primer actor barajado para el papel. Qué sea cierto o no me importa un cuarto de huevo, (y, de hecho, es un alivio que finalmente no lo hayan elegido). Pero es interesante pensarlo como una hipótesis. En efecto, pensemos que hubiese pasado si Jackman era este "Kid" (como le dice su rengo patrón), este personaje sin nombre, callado, frío, imperturbable, que simplemente responde "I drive".
Bueno, en principio no le hubiesemos podido decir "Hey Kid" (bueno, a menos que juguemos a la ironía, como decirle Bambi a Godzilla, pero vamos, que más tarde nos damos cuenta que eso también pasa con Gosling). Jackman, altísimo, corpulento y con su eterna, y ya ineludible, cara de Wolverine, es decir, de malo, de temperamental, de machote; no hubiese dejado demasiado lugar para los matices. Y allí es justamente donde Gosling pisa fuerte, como el acelerador en Drive: en el terreno de los matices. Es decir...
Hace un tiempo un amigo me consultaba mi opinión, en las previas de su casting para su corto, que trataba sobre la obesidad, o mejor dicho, la discriminación de este tipo como eje argumental, mostrándome las fotos que le habían llegado de diferentes mujeres; y mi respuesta fue que se permitiese jugar con los matices. Esto es, si tomamos a una mujer verdaderamente obesa para el papel, es posible que resulte un poco plano, como me resultó ser la tan sobrevaloradamente aclamada Precious . Claro, ponemos a la pobre gorda a la que le pasan las mil y una, las cosas más espantosas, dentro y fuera de su casa, con las intenciones más sentimentaloides y efectistas, de hacer la gran llorona fácil, sin decir nada ni poner en crisis absolutamente nada. ¿Qué pasa si ponemos, en su lugar, a una mujer que apenas está pasada unos kilos y mostramos como estos le parecen a ella muchísimos más, por efecto de la discriminación a la que se ve sometida y el mambo que esto causa en ella, al verse en el espejo? ¿Se entiende lo que digo? Matices. Los matices ayudan a producir contrastes. El arte no calca la realidad. No se supone que lo haga, sino que la sustituye para hablar sobre ella. O al menos asi lo entiendo yo. El resto que se pinche (JA!)
Eso es lo que justamente aporta Gosling a esto. Un tipo que con cada silencio, gesto o mirada, maneja los tiempos narrativos, y es capaz de que, por contraste, el espectador quede frío cuando, en medio del peligro, este ni se inmole.
Es un pibito, como decía al comienzo. Un pibe que tranquilamente podría ser un niño ricachón malcriado de mamá, que juega a ser delincuente, y que se va a la mansión de sus padres luego de eludir asi a la policia esa noche. Un tipo hermético, que no nos deja saber casi nada sobre él y que parece que jamás va a salirse de su control, pero nos sorprende a todos cuando finalmente es capaz de enchastrarse hasta la nariz en sangre, justo después de darle un apasionado beso a la mujer por la que está dispuesto a dar la vida. Así, casi de la nada. Nos tiene a todos agarrados de las bolas, durante toda la película, esperando por ver cuál será su siguiente movida frente a toda la mierda en la que se ve envuelto. Y él ahí, como si nada, no se le mueve ni un pelo. El muñeco de torta, como leí por ahí. Por ende, los matices y los contrastes son las piezas clave de esta película, desde el ralentí bello y apasionado a la imagen casi gore, de violencia extrema.
Y aquí es cuando llego al punto siguiente, y es justamente este tema el que le agrega a esta película ese elemento dramático que la hace totalmente distinguible por sobre las demás y lo deja al miserable Jason "cara de nada" Statham (El Transportador, El Mecánico -acá en Drive hacen una suerte de 2x1 y se la recontra ponen-) publicando un aviso en los clasificados, buscando laburo como taxista. En este punto, me gustaría remitirme a otra película bastante opuesta, que puede resultar un tanto rebuscada: Besieged (Asediada), de Bernardo Bertolucci.
Adivina, adivinadorrrrr: ¿En qué se parecen un doble de riesgo, especialista en conducir para ladrones, mecánico, con una evidente carga de oscuridad por dentro, pero encerrada en una bóveda interior; con un pianista bohemio, vulnerable, notablemente extrovertido, emocionalmente inestable, claramente frustrado? ¿Qué es lo que los hace a ambos verdaderamente humanos, verdaderos antihéroes que por ello terminan siendo héroes en sí mismos, en sus respectivos relatos?
En mi humilde opinión, el sacrificio. Exactamente. El sacrificio en el sentido más puro del término, no en el sentido cursi de dejar la vida por el otro o por una causa, sino de ese pequeño y sutil lugar donde uno, paradójicamente, está dispuesto a sacrficar su amor por un Otro, por el mismisimo hecho de amarlo. Esa paradoja está en Besieged de punta a punta, y se resume cuando el cura lee ese pasaje bíblico, acercando la peli a una figura lírica, casi mitológica (se me ponen los pelos de punta):

La gente comía y bebía,...
compraba y vendía,...
plantaba y construía,...
pero el día en el que Lot abandonó Sodoma...
llovió fuego y azufre
desde el cielo,...
y los destruyó a todos.
Cualquiera que intente conservar su vida...
la perderá.
Y cualquiera que la pierda...
será mantenido a salvo.

Es decir, en otras palabras, cualquiera que la pierda enfrentándose a ese fuego y azufre será mantenido a salvo, paradójicamente. O dicho de otra manera: el que se sacrifica, está salvado.
Esta misma figura retórica está presente en Drive. En efecto, la paradoja la podemos ver todo el tiempo: un hombre casi autómata, frío, calculador, de pocas palabras, paulatinamente se asemeja a un objeto más que a una persona, alguien incapaz de sentir algo, pero capaz de matar a sangre fría por la mujer que ama, es finalmente, el único verdaderamente humano, como remarca la canción citada al comienzo. Es decir, a la vez que se pone su máscara de doble antes de matar a uno de los mafiosos, un claro remarcamiento (quizás un poco obvio) de su paulatina transformación de una simple máquina asesina, es capaz de ayudar al marido de la mujer que ama a salir de su aprieto para que ella sea feliz. Ese es exactamente el mismo núcleo conflictivo de Besieged. Ese sacrificio. Ese amor que no es egoísta, sino que pretende una entrega total, absoluta, casi utópica.
Al mismo tiempo, es notable como se trabaja esa relación con la camarera. No hay grandes palabras, no te cuento la historia de mi vida, no hay demasiado. Unas miradas, unos gestos, unas escasísimas palabras, y por sólo eso, este hombre se involucra de lleno. Digamos, no es fácil hacerlo creíble, pero acá no se deja ninguna duda al respecto.
Es así también que Drive toma contacto con el cine de Cronenberg. Pero no por lo sangriento o violento, sino por, básicamente, dos motivos. Por un lado, como en Promesas del Este, cuyo personaje de Mortensen es sumamente similar al presente, no hay grandes proezas conquistadoras para mostrar el la atracción que sienten entre sí el mafioso y la enfermera, y lo que el se encuentra dispuesto a hacer para protegerla a ella y a su familia, sin poder, sin embargo, como acá, estar con ella. Basta la mirada, bien trabajada, los pocos pasos, los momentos de tensión, y uno ya entiende que algo pasará, quedandose pendiente de esto. Por otro lado, como en Una Historia Violenta, el hombre normal, simple, aparentemente inofesivo, puede ser portador de una violencia extrema, capaz de aniquilar a una mafia entera para proteger a su familia. Una vez más, matices. Por todos lados.
Después, sí. Narración impacable, una muñeca excepcional en montaje, que de a ratos me hacía a acordar a Kubrick y a sus magistrales y bellísimos ralentís en las escenas donde la tensión está por explotar (especial atención a la escena del ascensor, por favor). No hay muchas escenas de acción y por esto, una vez más, muestro lo desacertado del título acá. Las escenas de acción son pocas, pero contundentes y por sobre todo, aparecen en el momento exacto, donde la tensión se hace insoportable.
Lo dicho pues. Para ver muchas veces.

1 comentario:

Clari dijo...

es una pelicula genial! amo la ciencia ficcion. la vi en el avion cuando decidi viajar a Bariloche. fue fantastica y se me paso la hora volando!! literalmente :p