miércoles, 21 de noviembre de 2012

Análisis fotográfico de Drive, de Winding Refn


Punto de vista

En principio, a todo momento la cámara obedece a los movimientos del protagonista, caratulado como “Kid” (chico). El anonimato que esconde su nombre es coherente con el hecho de que en esta escena utilice una máscara, como elección estético-narrativa: es un héroe anónimo, podría ser cualquiera de nosotros y, al mismo tiempo, a través de la máscara, juega con la metáfora (un tanto literal) del autómata, es decir, la paradoja del único “verdadero ser humano” (como reza la canción al final), que en realidad se vuelve una máquina asesina, desprovisto de todo vestigio humano. 


En el único instante donde la puesta de cámara parece alejarse de su punto de vista es cuando, luego de verlo en su auto sacando algo del maletero, se nos inserta dentro del local (pizzería-sucursal mafiosa de Nino, el hombre al que persigue). Sin embargo, casi inmediatamente lo vemos acercarse caminando hacia el local, a través del cristal de la puerta de entrada, en un ralentí muy cuidado acompañado por un canto a capella. El punto de vista aquí y la metáfora antes mencionada se refuerza aun más, ya que cuando lo vemos caminando a través de los cristales de la puerta, notamos que estos, rojos y transparentes, como de iglesia, forman una suerte de cruz en cuyo epicentro se asoma la cara enmascarada de nuestro personaje, hasta un primer plano. Entonces, una vez más, la idea del sacrificio, de este “Jesús anónimo” se vuelve a reforzar a través de este punto de vista. 


Estrategia de cámara

Se compone, a grandes rasgos, por planos bastante cerrados del rostro del protagonista, presentes a lo largo de toda la película, y de hecho, como mencionábamos antes, es interesante ver como aún arrancando en un plano bastante general o medio-conjunto dentro de la pizzería, termine, sin embargo, en un primer plano del rostro de nuestro protagonista, resforzando la idea de su frío calculo mental. 
No hay cámara en mano, esta está siempre montada sobre trípode o dolly en vías de travelling.

Movimientos

Los movimientos son notablemente prolijos y obedecen, en casi todo momento, a los movimientos del protagonista, como mencionábamos al explicar el punto de vista. Luego de contextualizar la escena mostrando que nos hallamos en el exterior de la pizzeria, la cámara hace un paneo acompañado de un leve travelling, y termina en el protagonista en su automóvil, visto desde la ventanilla del conductor. 
Al cortar al rostro de frente desde el capot del automóvil, como a lo largo de casi todo el largometraje y la escena siguiente, la cámara se acerca hacia el rostro del protagonista, resaltando su expresión y su esfuerzo por mantener la calma y pensar en frío.
Luego, cuando se baja del auto, la cámara acompaña en travelling lateral al hombre hasta el maletero de su auto, casi sin variar el ángulo, apenas con un leve contrapicado y un paneo al terminar el movimiento, en un plano medio de altura normal.

Exposición

Obedece a notables intenciones de claroscuros, con lo que me atrevo a suponer que las escenas están en gran medida iluminadas “en directo” para poder cerrar considerablemente el diafragma y así conseguir un ambiente casi a oscuras con distintas zonas iluminadas casi puntualmente, con luces de corte, que muchas veces se mueven sobre el rostro del protagonista o cruzan la escena, como cuando vemos desde la pizzería al personaje acercarse, a través de los cristales, y sobre todo cuando se realizan los primeros planos del rostro del protagonista. Esto está presente a lo largo de toda la película, donde la sucesión de luces y sombras sobre su cara a medida que conduce se hace patente. 

Contraste

Como veníamos mencionando, los contrastes son, de por sí, el rasgo más identitario de la iluminación de estas escenas seleccionadas y de la película entera en sí misma. La sucesión de claroscuros, el juego con las luces de neón sobre el rostro del protagonista, que pasa de estar sumergido en la penumbra, en el interior de su auto, cuando lo vemos esperando frente a la pizzería, hasta ser casi quemado en un costado de su rostro, por la luz proveniente de algún farol “de un auto que pasa”, simbolizando, quizás, esa ráfaga de ira que siente en ese momento previo al ataque. Este conductor, valga la redundancia, muestra sus emociones a través de luces de auto. La escena exterior, del personaje esperando en su auto da la impresión de estar casi absolutamente iluminada por las luces provenientes de la estación de servicio próxima o de los carteles de neón próximos, acentuando aún más la sensación de contraste, de esos reflejos de luz próxima sobre la chapa del auto, su campera blanca y rostro.
Por otra parte, si bien el interior del local está bastante parejo en términos de iluminación; el exterior de donde proviene nuestro protagonista se encuentra atravesado por un contraste azulado, con notables ráfagas de luz blanca pasajera, de “autos que pasan”, con lo que se acentúa una diferencia de la temperatura lumínica de interior a exterior, provocando un fuerte contraste. Hay una notable y brillante coordinación del movimiento del protagonista a medida que atraviesa esa zona y se acerca al cristal, como un cristo redentor, o aunque sea moviéndose desde la puerta hasta el maletero de su automóvil, produciéndose distintas alternancias lumínicas sobre su rostro, con distintos tonos, desde luces muy fuertes a la penumbra casi absoluta.

Climas

El clima, básicamente, responde a una densidad visual muy marcada. Los ambientes en penumbras, con fuertes contrastes y diferentes tonos de colores azules, verdosos, buscan crear un atractivo visual que potencie los planos largos, los ralentís y el suspenso visual.

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