martes, 26 de febrero de 2013

Texto “Una línea zigzagueante” M. Zatonyi.

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Algunas notas:

A-     Lo que es y lo que no es

  • Imaginario, construcción, identidad. Imagen: doble función. Muestra y a la vez denuncia lo que no muestra. Responde a la lógica de la ILUSIÓN (nota mía: por esto es que en el cine cobra tanta importancia el fuera de campo, lleva al espectador a interrogarse acerca de lo que no puede ver, es el espacio que este debe llenar. Así, construye hipótesis, especula, imagina). La ilusión entonces, es el fantasma ESTRUCTURAL. Da equilibrio, genera la dicotomía interior-exterior. La ciudad entonces, plantea esto mismo, el afuera y el adentro. 
  • Imaginarización: equilibrio, seguridad. Soporte del paradigma y a la vez su propia barrera. Dos tendencias contrarias: genera cambios contínuos (porque la imaginación es una actividad permanente) y a la vez genera estancamiento (por constituír paradigmas y estereotipos). La imaginarización entonces, es un proceso de montaje y remontaje: lleva y trae, cambia y se cambia a si misma.
  • Arte: ni registro ni registrador del imaginario, sino UNO de los medios del imaginario. La ciudad (parece ser el eje que toma Zatonyi para su analisis) moldea a sus habitantes a través del arte. Esto es simple, el arte es producto de la ciudad, tanto en la actualidad como en las antiguas “polis” (y luego pasa un poco de revista a la constitución histórica de la ciudad).
  • Imagen visual es análoga al comportamiento del individuo en su crecimiento: hogar (interior), transición, ciudad (exterior, lo comunitario). Es decir, se nutre de lo que ve.
  • Ciudad: obra de arte. Parte del capital simbólico. Correspondencia permanente en cuanto a la dicotomía interno-externo. Esto permite que la imaginarización fluya. Según Calvino: “la ciudad esta hecha de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado”. Con lo cual esto entra en contacto directo con el tema de la imaginarización: en efecto, si esta es una operación de montaje y remontaje, la ciudad posee el mismo efecto por su propio peso histórico.
Es el punto de partida de la  “civilización”. Acá toma contacto con lo que había que leer de Freud presente en “Gracias por la ley”. Freud plantea que si nosotros no fueramos seres culturales y estuviesemos envueltos en lo plenamente natural, todo tendría un carácter absoluto: vida o muerte. Esta condición que nos impone lo estrictamente natural hizo que en su historia el hombre construyera la civilización, de la cual la ciudad es el ejemplo más evidente, de donde nace el tabú, hoy conocido como ley.
Habitante, dos miradas: micro (su lugar, lo inmediato) y macro (universo,  anhelo del todo, de la completitud). Otra vez corresponde con Freud, la búsqueda de la felicidad, (mismo texto). Todo siempre ajustandose a las características de un tiempo y un espacio.

B- Peligro de parálisis

  • Tema de la utopía. Ciudad como producto de un anhelo utópico de felicidad, de perfección, de renuncia al nomadismo. Tema de la conquista del espacio. Estructura de poder que se crea de esta forma. La necesidad del humano de AVASALLAR al otro. Así funda las ciudades, por una necesidad de encontrar un supuesto lugar perfecto, civilizado, ideal.
  • Antecedentes bíblicos: San Agustín, ciudad de Dios: lugar de paz, de orden. Utopía por excelencia de la “ciudad perfecta”. Modelo que se sigue hoy en día.
  • Ciudad cuya existencia es debida a su historia, asumida o negada. Califica a Latinoamérica como un “estilo sin estilo”. Esto se explica por la ola de conquistadores, o inmigrantes expulsados de la antigua Europa. Fusionado de estilos.
  • Aun hoy, la ciudad responde al proceso cíclico originario ya en la ciudad medieval: nacen, se desarrollan, se estabilizan y entran en crisis. Sin embargo el imaginario responde siempre a la estructura de poder: impone su forma a través del Orden y la Estabilidad, por más que promueva lo contrario (como por ej. el arte mismo).

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